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Mayo 2018.
Todo parecÍa acabado... Para sobrevivir en adelante habría que estar cada vez más pendiente de las redes sociales, ser joven y ocurrente, y además ir proclamando al mundo tu día a día... Así, a golpe de SEO y de algoritmo, te decían que podías conseguir la fama, y hasta hacerte rico. Había un montón de cursos, tutoriales y hasta libros con formulas infalibles para ponerse al día.
Con una vocación imbatible por ‘iluminar la vida de mis lectores con la mejor música de todos los tiempos’ había iniciado mi carrera como autora unos 20 años atrás. Ahora, todo lo aprendido, todo lo construido parecía desvanecerse y desaparecer sin más, en medio de toda aquella maraña ¿Había llegado el momento de claudicar?
Estos oscuros pensamientos me acompañaban en aquel autobús que me llevaba al Nueva York. Por la ventanilla pasaban las casitas en medio de los campos en aquella Primavera verde y mojada. En el interior de autobús, que iba cargado hasta arriba, llamaba la atención el silencio de los pasajeros absortos en sus móviles...
Por un momento, me sentí descolocada… ¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste?
Nunca he temido al cambio. Lo desconocido me interesa. Lo nuevo supone retos, que abren nuevos caminos, aunque sea para conocernos a nosotros mismos. Por eso cuando descubrí que Internet podía ser diferente me pareció toda una invitación a la aventura. En aquel momento mi vida era un caso, y el descubrimiento de la tecnología blockchain aportaba una nueva luz.
Aún así, no soy de las que se dejan arrastrar por el entusiasmo sin pensar. Así que investigué, y estudié, con perseverancia como suelo hacer siempre… Dejarme llevar por la curiosidad y aprender es mi deporte favorito… y, claro, no iba a dejar pasar la oportunidad de salir de exploración por Nueva York, en aquellas jornadas del “Creative Tech Week”.
En España, en mi entorno, no había logrado compartir nunca mis descubrimientos... Nadie parecía interesado. Ahora, iba por fin a asistir, en vivo y en directo, al “Renacimiento de Internet”.
El primer evento tenía muy buena pinta. Su título: “Blockchain. Su impacto en los artistas y los mercados de Arte”.
No seríamos más de una veintena de asistentes en una sala de un edificio de oficinas en midtown. A mi lado se sentó una señora, exploradora como yo, pero ella en representación de la casa de subastas Christie’s... estaba allí por si blockchain podía tener interés para ellos. Los panelistas presentaron sus proyectos, y así conocí Super Rare, Dada, Snark... También hablaron de criptoarte, y comentaron sobre aquellas obras que llevaban en sus móviles, que coleccionaban con pasión, y mostraban con una emoción sorprendente para mí, sus “CryptoKitties”.
¿Qué es eso? pregunté, son obras únicas me comentaron, y su cotización está subiendo por momentos... Yo me quedé perpleja.
Alguien quiso explicarme que eran “NFTs”, pero apenas entendí su explicación. Eso sí, me quedó claro que había un mundo de coleccionistas fascinados, invirtiendo en ellos a mucho dinero.
Salimos de la reunión, y la lluvia empezaba a apoderarse de la ciudad… y antes de que disolvieran los taxis, como suele ocurrir en Nueva York bajo la lluvia, pillé uno para volver a mi habitación downtown… Para mi alegría el taxista era un entusiasta de blockchain y hasta tenía algo de Bitcoin. Estaba deseando contar esto en casa, y dejar de ser un perro verde para los míos.
Con ésta y otras cuantas experiencias en aquellos dos días en la gran manzana, tomé el pulso a lo que blockchain estaba inspirando a los artistas en aquella Primavera de 2018. El genuino entusiasmo de artistas y desarrolladores por conectar con sus audiencias y los usuarios, por expresarse con libertad y cercanía en la red, invitaban a abrazar aquel nuevo Internet del Valor.
¿Por qué no iba a participar yo también? Los artistas y autores con creaciones en el mundo real también podíamos entrar en aquella nueva red… tan solo era necesario conocer mejor aquel nuevo territorio.
A mi regreso a España tomé una importante decisión, iniciando una nueva etapa en mi vida, y participando ya activamente en la construcción de esa nueva web 3, ese Internet del Valor, al que os invito desde este podcast.
De los NFTs me mantuve en la distancia porque sólo veía su interés para el coleccionismo, y no tanto para su uso y disfrute. Sin embargo, con el tiempo eso iba a cambiar, y hoy puedo entender muchas otras posibilidades, y estoy yo misma trabajando para que sean posibles. Por eso, he pensado que éste era un buen momento para montar un curso, que permita a artistas-autores profesionales empezar a explorar el mundo de Los NFTs de manera informada.
Sobre este curso dejo más información en enlace incluido en la newsletter.
Y ya me despido con esta sintonía, que he tomado prestada de la obra Los Planetas, de Gustav Holst, en concreto es el inicio de “Jupiter, el portador de buenas noticias” … así que si lo que en este espacio cuento te parecen buenas noticias, está en tu mano averiguar más, explorar, y atreverte a lanzarte a la aventura. Aquí te espera una compañera de viaje.
Autora participando en la construcción del Internet de los usuarios
Un día en NYC: viaje de una autora al Renacimiento de Internet