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En nuestra newsletter anterior recordábamos que el Internet del Valor está a la vuelta de la esquina, ese internet que viene, esa web 3.0, que va a permitir permite la transferencia de valor entre usuarios directamente.
Valor, Precio y Dinero. Tres conceptos que no hay que confundir.
Recordemos a qué llamamos ‘valor’. Valor es todo aquello que consideramos valioso: objetos y habilidades, productos y servicios, nuestros datos, el tiempo que pasamos en la red, la atención, la experiencia, y para los artistas sus obras digitalizadas, claro. Todo aquello que pueda tener interés para un intercambio, para vender, para negociar, todo eso puede considerarse ya hoy un activo digital ‘valioso’…
En todo caso el valor que nosotros otorgamos a algo no es su precio. Valor es más que el ‘precio’.
Llamamos ‘precio’ a aquello que se entrega a cambio de lo que tiene valor a quien lo posee. Si se trata de una obra artística o los servicios de un artista, ¿quién fija el precio? Podríamos pensar que es el artista mismo, pero a menudo no es así, es su cliente, quien le hace un encargo, o bien quien le proporciona los medios para llegar hasta su audiencia (el editor, el galerista, la discográfica…). El precio es ‘acordado’ entre quien entrega y quien recibe, según las circunstancias del mercado. Las entradas a algunos espectáculos dependen de la demanda que tenga un artista, por ejemplo. Hay cosas cuyo precio es imposible definir, y todavía menos en dinero. Pero, ¿el precio siempre es una cantidad de dinero?
El ‘dinero’ es el MEDIO más corriente en el que indicamos el precio de algo que tiene un valor reconocido (en el mercado). El dinero es el medio que facilita el intercambio de valor (productos, servicios…) y se convierte así en una representación del valor, que tomamos como la medida del valor, pero no indica un valor absoluto.
El dinero ha evolucionado en la historia. Ahora mismo corrientemente utilizamos las llamadas ‘monedas fiat’ (dólares, euros, etc.), que emiten los bancos centrales dependientes de las administraciones. Anteriormente, existía un referente, el oro, hoy ya no, y esos bancos centrales tiene el inmenso poder de decidir el valor del dinero: cuanto más emiten, menos valor tiene.
Valor, Precio y Dinero en Internet
En internet hay algunos comercios, gigantes como Amazon y otros más pequeños, que nos venden sus productos a cambio del pago de un precio con nuestra tarjeta de crédito, como cualquier otro comercio en el mundo físico.
Luego hay servicios, como los que nos permiten comunicarnos (incluidas las redes sociales) y muchísimos otros, que se anuncian como gratuitos, o sea que se ofrecen sin que tengamos que pagar ningún precio en dinero.
¿Cómo pueden ser servicios gratuitos? ¿Cómo pueden sobrevivir esos negocios, y hacerse incluso millonarios? Porque pagamos el precio de sus servicios con algo que no es dinero, pagamos con nuestros datos.
El valor de tus datos
Para quienes nos ofrecen esos servicios tecnológicos (redes sociales, medios de comunicación…) el valor de los datos es enorme, porque esos datos adecuadamente procesados con otras tecnologías (Inteligencia Artificial especialmente) permiten predecir nuestros comportamientos, e incluso modificarlos. A eso le llaman personalizar nuestras experiencias, pero también puede llamarse tráfico de datos. Quien tiene los datos tiene el poder de hacer triunfar o hundir un negocio, y esos datos y “sus predicciones de comportamiento” son el petróleo de muchas empresas que se los compran a los extractores, los gigantes Google, Facebook…
Muchos usuarios dicen que no les importan esos datos... aunque la mayoría ni se lo plantean porque están fascinados por ese servicio que parece casi ‘mágico’… Y en efecto, la tecnología nos ofrece soluciones maravillosas, pero muchas veces somos víctimas de la fascinación por lo nuevo, sin pensar si de verdad lo necesitamos, y pagamos el alto precio de los datos, entregando nuestra privacidad, información personal y familiar, lo más valioso de nuestras vidas, sin darle mayor importancia.
El artista en esta web 2.0, como cualquier usuario entrega sus datos, pero además, cuando sube a una plataforma un archivo digital, pierde también el control de su propiedad intelectual, y le es muy difícil ser recompensado justamente por su aportación, porque depende absolutamente de las plataformas -comerciales o no-. Incluso pierde el control de sus seguidores, a quienes no puede dirigirse fuera de las redes… está atrapado por esas redes, para quienes está trabajando sin darse ni cuenta. Si eres artista, y te interesa saber cómo empezar a escapar de esta pesadilla, sigue esta newsletter.
En el Internet del valor, podrás recuperar el control de tus obras, gestionar tus derechos, y ser compensado por el valor que aportes a quienes las quieran disfrutar.
Sigue conmigo y te cuento cómo…
Nota. La sintonía del Podcast es el fragmento inicial de “Jupiter, the bringer of Jollity” (Júpiter, el portador de alegría), Mov. 7 de la Suite orquestal Op.32 “The Planets” de Holst. La grabación es en domino público con licencia CC (Musopen), en interpretación de la Skidmore College Orchestra (USA).
No te pierdas el próximo episodio sobre ‘Derechos Fundamentales de los Artistas en la red’.
El valor de lo que te pertenece